La polémica por la construcción del centro para adictos en La Costanera, paralizada desde diciembre de 2015, enfrenta a dos representantes tucumanos en el Congreso de la Nación. Mientras la senadora radical Silvia Elías de Pérez adelantó que se llamará a una nueva licitación para adjudicar la obra, el diputado opositor Federico Masso reclamó a la Nación que agilice los trámites.
“El oportunismo en política tiene patas cortas. El Cepla de la Costanera debe terminarse este año. Esto urge y debe ser una contratación directa”, escribió en la red social Twitter el representante del Movimiento Libres del Sur. Masso planteó sus quejas en alusión a los dichos de Elías de Pérez. La senadora, luego de entrevistarse con el titular de la Sedronar, Roberto Moro, había informado que desde la Secretaría de Obras Públicas de la Nación ordenaron al Gobierno provincial revocar el vínculo con la constructora ByM SRL.
La construcción del Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) había comenzado en julio de 2015 y se paralizó en diciembre de ese año. La obra (presupuestada en $12,5 millones) alcanzó un avance del 43%. Los últimos meses del kirchnerismo no se abonaron los certificados de obra, y los primeros meses del macrismo se paralizaron los pagos por el traspaso de expedientes del ex Ministerio de Planificación Federal, que se incorporó a Interior.
“Una licitación pública demoraría aún más el reinicio de una obra que debe estar concluida cuanto antes. Cuando uno es transparente no se debe tener miedo a los mecanismos que permiten apurar los tiempos del Estado”, planteó Masso. Luego, dijo que solicitará a Moro una audiencia con las Madres del Pañuelo Negro. “Su dolor no puede esperar mas”, graficó el diputado opositor.
Masso aseguró que en una conversación con el ex secretario de Obras Públicas Oscar Mirkin, en abril pasado, este le había expresado que con $ 2 millones la obra se reiniciaba. “Yo me pregunto entonces por qué me dijo tal cosa si él ya no es funcionario y tampoco tiene vínculo alguno, como expresa, con la firma que lleva su nombre”, planteó irónicamente Masso.
La construcción comenzó a ser saqueada en octubre del año pasado. Vecinos del barrio informaron que los “transas” habrían enviado a jóvenes adictos a saquear la obra. En la última visita de este diario la estructura estaba debilitada. Los perfiles de acero de la construcción fueron arrancados, al igual de las chapas del cerco de obra y hasta el cartel de obra.
La empresa reclamaba una readecuación presupuestaria y un resarcimiento económico por el daño de la obra.